Relaciones y amistades
Hay quien me ve como alguien cariñosa e insegura, para otros soy distante y demasiado tajante, pero en realidad no es sencillo llegar a conocerme bien.
Hay quien me ve como alguien cariñosa e insegura, para otros soy distante y demasiado tajante, pero en realidad no es sencillo llegar a conocerme bien.
Si partimos del punto, en el que el erotismo es promovido por las emociones, la imaginación y el impulso natural más íntimo de cada persona, podemos decir que el romance es una partes importantes, para que esto cobre vida propia.
Hay una gran diferencia, entre la versión que se ofrece de cara a la galería, con lo que sucede detrás del telón. No estoy hablando de una obra de teatro programada, pero la función ha comenzado y cada uno muestra solo una parte de sí mismo. Ahora es cuando, algunos se preguntarán, que parte enseño yo, otros darán por sentado que enseño mi vida entera y los hay que pensarán, que es todo una farsa.
Coincidir con un escritor, cualquiera que sea el género literario que escriba, no es tarea complicada, solo has de seguir sus andanzas a través de las redes sociales y acudir al evento más próximo. Conocerlo en persona o entablar conversación, dependerá de lo conocido que sea, del entorno o el momento y de la proximidad amistosa que os relacione. Si lo que deseas es compartir tiempo, conocerlo en profundidad o pertenecer a su círculo social, la tarea se complica, cuanto mayor sea su fama.
Hay una fina linea que separa estos tres tipos de novela y en la que muchos se confunden, pero esto no es culpa del lector, esta confusión viene causada por las catalogaciones de las novelas por parte de una sociedad conservadora y algunas reseñas, en las que la perspectiva viene distorsionada por la mentalidad de quien lo lee.
Hace poco tiempo alguien me dijo que un buen escritor no se muestra en sus historias, debe convertirse en alguien que no es, para mostrarle al lector lo que desea leer. Y yo me pregunto, que hay de malo en mostrar una parte de ti en tus historias, ¿a caso se es peor escritor por ello?
Los miedos, las inseguridades, la presión social, los falsos mitos y los impulsos irracionales, así como el instinto animal, son los peores enemigos a la hora de reaccionar ante una situación fuera de lo común en nuestro entorno habitual. Lo sencillo es reaccionar tal y como se espera, en una sociedad monógama y tradicional, pero ¿es lo correcto?
La palabra amante suele asociarse con la infidelidad, el sexo sin compromiso y la falta de compromiso afectivo, sin embargo, en el mundo liberal toma otro significado, pues se reconoce abiertamente la posibilidad de llevar varias relaciones paralelas, sin descuidar las exigencias de cada una de ellas. También los hay que optan por ser los amantes eternos, manteniendo su espacio personal y aportando a las relaciones, todo lo pactado.
Como norma general, es común escuchar, a aquellos que nos rodean, que prefieren calidad a cantidad, pero ¿es así como sucede?
Según generaciones y como regla general, solemos tener unos límites distintos, pero considero que no todos los límites son reales, los hay también mentales. Distinguir entre ambos es más sencillo de lo que pensamos, aunque a veces la fuerza de la mente es muy poderosa e impide que descubramos lo que realmente nos gusta, lo que haríamos por ver disfrutar a otra persona y aquello infumable para nosotros.
En Fechas navideñas, todos pedimos deseos para nosotros y para los que nos rodean, aunque no siempre son totalmente sinceros, pues hay algunos que se quedan guardados en nuestra mente, a veces por miedo, otras por creer que nadie nos va a ayudar a conseguirlos. En mi opinión, los deseos no se cumplen por arte de magia, eso mejor lo dejamos para los cuentos de hadas. En la realidad, pueden hacerse realidad por varias razones: por una casualidad del destino o porque lo hemos pedido en voz alta y alguien nos ha echado una mano, para que podamos disfrutarlo.
Desde pequeños mostramos una naturaleza posesiva, cuando tomamos un objeto y nos negamos a soltarlo, a la vez que, al ver a otro con un objeto que nos llama más la atención, tendemos a apoderarnos de él. Se puede resumir en la frase... “Lo mio es mio y lo tuyo también”.
En un mundo convencional siempre apostamos por la intimidad, por ocultar a los demás nuestra actividad sexual, por estar considerada una práctica obscena e indecorosa. Por tanto, su praxis de forma habitual te hace parecer indecente, mas aún si lo divulgas. Cada vez es menos tabú y hay menos prejuicios, sin embargo, todavía nos queda mucho por delante, para que se considere un acto de amor, conexión, amistad, placer saludable o hábito desestresante y necesario en una vida plena.
Una imagen sugerente, ya sea estática o animada, puede aumentar nuestra excitación. Los hay quienes las prefieren más explícitas, otros negarán rotundamente esta afirmación, mientras su cuerpo aumenta de temperatura y sus pulsaciones se disparan, junto a la respiración. Siempre digo que la mente es muy poderosa, sin embargo, en ocasiones, el cuerpo tiene vida propia y responde a ciertos estímulos de manera independiente. Esto puede deberse a distintos factores, entre otros, que nos estamos mintiendo descaradamente.
Todos tenemos nuestro propio carácter, esa personalidad que nos representa en el día a día, sin embargo, en una situación donde lo que buscamos es olvidarnos de esas pautas adquiridas por una sociedad convencional, nuestro yo verdadero se muestra tan real y sincero que nos convertimos, por un tiempo limitado, en aquella persona que realmente deseamos ser y no nos es permitido, de manera habitual. Puede que tampoco sea lo que deseemos 24/7, no obstante es divertido representar ese rol en un momento determinado.
Para salir de esa rutina diaria hay dos opciones, o te habilitas la casa para esos días en los que quieres realizar tus fantasías y poder llevar a cabo esos juegos que tanto te excitan, o visitar uno de esos hoteles para adultos, en los que puedes encontrar complementos muy divertidos, como un jacuzzi, un sillón tantra, la cruz de san andres, el columpio, potro y otros mobiliarios que te sorprenderán cuando los pruebes.
Dentro de las prácticas sexuales no convencionales, esta es, quizá, una de las más extendidas. Mucha gente ni siquiera conocía que tenía un nombre o que fuese muy común entre la comunidad liberal. Se le considera una versión lábil del BDSM, perfecta para principiantes o aquellos que no quieren adentrarse en este estilo de vida de dominación y sumisión pura.
No hay que temer a expresar tus deseos. Seguro que tienes algo que te excita por encima de todo, así que piensa en aquello que te resulta morboso y te enciende a niveles bárbaros. Tener fetiches no es algo de lo que debamos avergonzarnos, ni temer a ser juzgados por querer expresarlos en voz alta. Cuando te adentras en un mundo liberal, a diferencia de las relaciones convencionales, estos miedos se disipan y, confesar nuestras fantasías y fetiches, pasan a formar parte de nuestra vida cotidiana.
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