Las parejas y sus acuerdos sentimentales

Todas las relaciones tienen sus condiciones, tanto las tradicionales como las no convencionales, ya sean específicos y hablados o genéricos.

De entrada y sin pactar nada, se entiende que, desde el minuto uno en el que se empieza un idilio, hay una serie de comportamientos que se adaptan, comienzan o finalizan. Tener claro cuales son estos cambios debería ser un tema a tratar por todos, en cambio, este acto, solo es habitual en personas que llevan un estilo de vida no convencional, ya que, por defecto, las personas con relaciones tradicionales, estos acuerdos son los que estipula la sociedad, es decir, monogamia pura con exclusividad emocional y sexual.

En el caso de las personas liberales, estos convenios son más particulares, no todos somos iguales y se posee la libertad de elegir, que tipo de romance es el idóneo en cada unión.

Exclusividad emocional con pactos sexuales.

Hay muchas parejas que deciden cerrar o no abrir su unión sentimental a terceras personas, sin embargo, les atrae la idea de intimar con otras personas. No me gustan las etiquetas, pues cada persona es peculiar y dentro de cada etiqueta siempre pueden haber variaciones, así que me centraré en detallar el rango de acuerdos, desde el más censurado hasta el más expandido.

Según el nivel de seguridad emocional, celos y confianza, ya sea en uno mismo o en la pareja, se decidirá por abrir más o menos las posibilidades de diversión.

Las consideradas parejas swinger, optan por estar siempre presentes, ya sea para mirar y ser visto, tocar y ser acariciados, intercambiar besos o cualquier acto que requiera cambio de pareja completo, donde cada uno tendrá experiencias independientes, ante la mirada del otro. En todos estos acuerdos, también entrarían los tríos, participen o no los dos, pero, siempre, ante la presencia de ambos.

En el caso de las parejas abiertas, estos mismos pactos se amplían para tener experiencias por separado y con mayor libertad física. Algunos con obligación de hablar sobre estas citas, otros sin importar donde, cuando o con quien es el encuentro.

 

Libertad emocional y sexual.

Al igual que en el caso anterior, donde la libertad sexual era tan amplia, en esta situación se añade la posibilidad de enamorarse de otros. Este es el caso de las relaciones poliamorosas, donde las uniones sentimentales adquieren un nivel de complejidad mayor, ya sea de manera individual o grupal. Me explico.

Cuando cada uno, de manera individual se enamora de alguien, puede comenzar a disfrutar de alianzas emocionales independientes. En unos casos de manera paralela, cuando se establece la misma importancia en todas, y en otros es de forma jerárquica, donde hay una unidad principal y el resto se adaptan a esta.

El caso de las grupales sucede al coincidir, todos, en ese mismo sentimiento compartido y por tanto, las condiciones entre ellos, variarán según lo estipulado entre todos.

 

Y a pesar de que he relatado multitud de variantes, seguro que existen algunas más, porque cada persona es un mundo y cuando se unen dos o más, las variables se multiplican de manera infinita.

 

Añadir comentario

Comentarios

Maria
hace 4 meses

Hace tres años, mi marido y yo éramos una pareja que se amaba. Sin embargo, algo había que nos hacía desear sexualmente a otras personas. Hablamos, entendimos y comprendimos que había una 'necesidad' que debíamos explorar. Y así fue como empezamos en el mundo del intercambio de parejas que hasta hoy, nos ha dado mucho placer. También hemos hecho muchas amistades y nuestra relación ha dado un giro de 180°.