Relaciones entre Amantes

La palabra amante suele asociarse con la infidelidad, el sexo sin compromiso y la falta de compromiso afectivo, sin embargo, en el mundo liberal toma otro significado, pues se reconoce abiertamente la posibilidad de llevar varias relaciones paralelas, sin descuidar las exigencias de cada una de ellas. También los hay que optan por ser los amantes eternos, manteniendo su espacio personal y aportando a las relaciones, todo lo pactado.  

Estas relaciones, pueden consolidarse en el tiempo y llegar a ser tan estables, como las tradicionales, siempre y cuando, haya un continuado consenso en las necesidades de todos los involucrados. 

Las relaciones sexo-afectivas, externas al núcleo familiar y con alguien que no convive en nuestro hogar, se consideran amantes. Estas pueden ser entre personas casadas, comprometidas o solteras, al igual que unas serán consentidas por los otros vínculos y otras no tanto, pero esto último es un tema personal en el que no voy a inmiscuirme.  

El punto que me trae a desarrollar es el tipo de amante que existe, según las necesidades de cada persona, ya sean, puramente sexual o conectados con mayor o menor nivel de afecto. Los amantes puramente sexuales, suelen pactarse entre personas con otra relación afectiva ya consolidada, o con personas que pasan por un bache emocional.  

Aquellos que no tienen miedo a las relaciones, suelen vivir experiencias más plenas a largo plazo, manteniendo una comunicación diaria y creando encuentros intensos, haciendo que la conexión, amistad y afecto jueguen un gran papel de forma continuada, para que las citas sean de total confianza, sin dudas y con la máxima diversión, para todos.  

Cuando los amantes alcanzan un nivel optimo, donde el afecto, la empatía y preocupación por el estado del otro es sincero, se convierte en una relación con un vínculo especial y duradero, se transforma en una conexión pura y parte de la vida del otro. Las etiquetas dejan de tener sentido, cada gesto noble llega sin pedirlo y se valora el esfuerzo de ese minuto de atención franca.  

Todos los demás, con miedo al compromiso, temerosos de una estabilidad o escondidos tras el escaso tiempo para atender al otro, lo único que consiguen es ser amantes deficientes y, por tanto, homenajes eventuales.  

Si has conseguido lo que deseas, enhorabuena. 

 

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