Diferentes roles para amenizar la experiencia

Todos tenemos nuestro propio carácter, esa personalidad que nos representa en el día a día, sin embargo, en una situación donde lo que buscamos es olvidarnos de esas pautas adquiridas por una sociedad convencional, nuestro yo verdadero se muestra tan real y sincero que nos convertimos, por un tiempo limitado, en aquella persona que realmente deseamos ser y no nos es permitido, de manera habitual. Puede que tampoco sea lo que deseemos 24/7, no obstante es divertido representar ese rol en un momento determinado. 

Hay distintos tipos según nuestro carácter real, que nada tiene que ver con el habitual, pues hay quien sí es siempre dominante, sumiso o moldeable. En cambio los hay que cambian por completo, con objeto de deshacerse de esa máscara protectora ante aquellos que nos rodean y, pensamos, que jamás nos entenderán.  

Normalmente, estos conceptos suelen estar relacionados con el BDSM, pero no es necesario llevar este estilo de vida, pues también se puede emplear como parte del juego Kink, mencionado en otro post anterior. 

Dominante o amo

A pesar de lo que mucha gente cree, no se trata de alguien que arrastra traumas infantiles ni con un desorden mental, más bien todo lo contrario. Un dominante puro y/o un buen amo, suele ser alguien de ideas muy claras, que domina la psicología y anatomía de esa persona bajo su autoridad. No es una parafilia o perversión sexual, al menos no debería serlo, pues se trata de un juego o comportamiento controlado, donde el objetivo es provocarle el máximo placer al sumiso o esclavo, dirigiendo cada acto, según crea conveniente, convirtiéndose en un estímulo sumamente satisfactorio para ambos.

La dominación no es una acción egoísta ni hipócrita, es un comportamiento noble, sincero y empático, en el que se requiere de una conexión auténtica hacia el dominado, evitando de este modo una situación dañina, puesto que se le suele llevar al límite en algunas situaciones, tanto de forma física como mental.

A causa de esta elevada intensidad en las sesiones que se realizan, es responsabilidad del dominante, la recuperación de su sumiso, por este motivo, es común que se le le atienda de forma adecuada, tanto emocional como corporal. Esta ultima fase del encuentro, ocasiona en muchos casos, que se instale un vínculo afectivo entre ambos, desencadenando una experiencia más plena para los dos. 

sumiso o esclavo

Una vez expuesta la personalidad dominante, el concepto del rol opuesto queda bastante esclarecido, a lo que solo queda puntualizar el estado emocional de este. Quizá cueste algo más entender, cual es el punto que mueve al sometido, para entregarse por completo a otra persona. Para ello, es necesario no juzgarse ni autocriticarse, aparcar la razón a un lado y dejar la mente en blanco. De esta forma, le damos libertad a nuestro cuerpo, con el fin de que, este se mueva a su voluntad y reaccione a cada estímulo de manera involuntaria. Nuestro sistema nervioso actuará según estos estímulos recibidos, creando nuevas sensaciones que son complicadas de percibir mediante la conciencia plena, a causa de la enseñanza obtenida por los años. 

Llegados a este nivel, también hay que diferenciar entre sumiso y esclavo, que aunque en principio haya similitud, existe una pequeña diferencia entre estos dos comportamientos. Mientras el sumiso se deja manejar por el dominante, dentro de unas pautas limitadas, anteriormente establecidas y pactadas, el esclavo confía plenamente en su amo, otorgándole el control total de cada vivencia. Es por esto que, si antes se hablaba de una responsabilidad y compromisos por parte del dominante hacia su sumiso, ahora también hay que elevar la empatía y conocimiento de este hacia su siervo, a niveles tan altos, que es esencial e inevitable esa conexión total y por tanto, un vínculo probo.

switch o versátil

Por el mismo motivo, que no todos los días nuestra situación personal, laborar o emocional son similares, tampoco nos apetecen las mismas prácticas. Por tanto es habitual que, en ciertos momentos, algunos de los dominantes deseen someterse en determinadas circunstancias y ciertos sumisos necesiten someter a su pareja. También los hay, que no se identifican con un rol determinado, por lo que es habitual ceder o tomar el mando, según el día, instante en el que se encuentran o la persona con la que están. Esta dinámica también puede ser divertida y evita la monotonía, por la versatilidad del juego y el encuentro.

 

Y tú ¿con qué rol te identificas o atrae más?

Añadir comentario

Comentarios

sophie
hace 3 meses

Me encantaría que dejaras tu comentario.

Crea tu propia página web con Webador