Pareja perversa 2

Valoración: 5 estrellas
1 voto

A falta de unos minutos para que lleguen nuestros invitados, no he podido evitar comenzar el juego. Celia está algo nerviosa por ser su primera vez en este tipo de juegos y, aunque yo tampoco soy un experto en someter a una pareja, con otra mujer como compañera de juegos, sí que he estado más veces con este matrimonio, por lo que puedo asegurar, que lo pasaremos genial. Opto por colocarle un antifaz y privarle de la vista, para después acariciar su cuerpo, besarla y distraerla del tiempo, mientras la ato a la cruz. A penas unos segundos de haber cerrado las esposas, el sonido del timbre nos avisa de que es la hora. La admiro por última vez, antes de ir a la entrada. Es hermosa y está radiante, además de excitada.

Tras indicar a los invitados, que dejen sus pertenencias en la entrada, los dirijo hacia la habitación y le doy permiso a él, para que la libere. Me hubiera gustado jugar un poco más con ella, pero habrá tiempo para todo. Por las primeras reacciones de todos, parece que no me equivocaba al pensar que conectaríamos todos de inmediato, también ayuda que le haya hablado sobre lo que les gusta o no a ambos, con anterioridad. Esto presagia un encuentro muy morboso. No puedo evitar mirarla de vez en cuando, hacía mucho que fantaseaba con esta situación y no me está defraudando, está muy receptiva y me sigue muy bien el juego, aunque creo que no soy el único que lo piensa, la mujer que tengo encima está más excitada de lo normal, tanto, que de vez en cuando me toca parar el juego para recordarles las normas.

-Ni se te ocurra correrte, zorra - le ordeno mientras salgo de su interiór.

Celia abandona su trasero y aparta al marido para sentarlo en la silla que hemos preparado para él, le separa las piernas y yo coloco a su mujer frente a él, para hacer que apoye las manos en sus muslos. Le agarro del pelo y la obligo a mirarle a la cara mientras me introduzco en su culo lentamente hasta que entra por completo.

-Mira como disfruta ¿te gusta ver como le follan el culo?

Oigo como le habla y no puedo evitar mirarle la entrepierna, verla tan dura mientras entro y salgo y sintiendo como me presiona el miembro, me pone mucho, pero no es lo que más me excita de esta situación, ver a Celia relamiéndose, agarrándole del pelo, participando con tanta naturalidad y gozando tanto de esta sesión, eso me enciende más de lo que pensaba. Ver lo dura, que se le ha puesto a él y lo mojada que está la mujer, me confirma que está siendo todo un éxito, por lo que le añado un poco más de morbo y un regalo para mi chica.

Doy algunas envestidas más fuertes, que la hacen gemir, a la vez que él comienza a removerse, para sacarla por completo y sin previo aviso. Al separarme, los tres me miran expectantes, ansiosos por continuar, sin embargo, tengo en mente algo más.

- Siéntate sobre él, en la cama, con la espalda en el cabecero y las piernas abiertas - indico mirándola a los ojos, mientras aparto a la mujer.  - Y, tú no las cierres, mantenlas abiertas, la quiero bien expuesta.

Ella no se lo espera, ya que le he prometido, que cuando acabe la sesión estaré por y para ella, no antes. Esto es solo un avance, quiero excitarla más, provocarla hasta rabiar, que su cuerpo me recuerde y se caliente solo de tenerme cerca. Para lo que quiero hacer, no tengo buena visibilidad aquí, necesito más espacio. Dirijo a la mujer hacia los pies de la cama y le hago ponerse a cuatro sobre esta, sin apartar la mirada de ellos, para volver a penetrarla de nuevo.

-Acaricia su sexo, quiero verla bien húmeda para mí, mientras yo me sigo follando a la zorra de tu mujer - le ordeno al hombre, sin dejar de mirarla a los ojos. - Despacio, procura que no se corra. Si lo hace esto se acabó ¿entiendes? - Es una amenaza para ambos y por su actitud, veo que lo han entendido.

Verla tragar saliva, con su sexo brillando y agarrando las sábanas me satisface a un nivel colosal. Y por lo que oigo y observo, no estoy solo en esto, los cuatro estamos muy excitados. Celia se remueve un poco sobre el hombre y este comienza a sudar, pues el roce de su miembro contra ella, sentir la humedad entre sus dedos y ver la escena que hay ante sus ojos resulta de lo más ardiente. Solo he de esperar un poco más, par ver quien suplica antes, para ello, fuerzo a la mujer que estoy penetrando, haciendo mis embestidas más intensas y golpeando con mi mano, tanto su trasero como su sexo, de forma alterna. Tiene orden de no correrse nadie, hasta que yo les de permiso. Agarro del pelo a la mujer y la obligo a levantarse para que los dos vean como acaricio su sexo y muestro lo mojada que está.

-¿Te gusta, zorra? Míralos bien. - Su respiración es errática, sé que está aguantando el orgasmo, que quiere correrse y aprovecho para provocarla. - Estoy pensando en dejarte así, excitada y sin poder correrte durante un par de horas, Mientras me la follo a ella y hago que se corra, mírala, lo está deseando.

- ¡No, por favor! - me suplica entre gemidos.

-¿Y qué vas a hacer para ganártelo?

-Haré lo que me pidas.

-Mira la polla de tu marido, asomando entre las piernas de ella. Vas a comértela, mientras te sigo follando y sin que ellos paren. Más te vale que ninguno se corra hasta que te de permiso a ti.

Tras afirmar que lo ha entendido, se acerca y comienza a saborearlo sin tocarla a ella, aunque no es necesario, la veo encenderse y apartar la mano de él, no puede más. Esto me divierte tanto como me excita. Yo también estoy llegando al límite, así que aumento el placer de la mujer y acto seguido le doy esa orden que tanto esperan todos.

- Enséñale a tu marido como te corres con mi polla dentro, puta.

No necesita nada más, para apartar su rostro de los genitales y gritar sin control, mientras su cuerpo se contrae en espasmos, haciendo que yo me corra también, seguido de ellos dos, que no han podido aguantar más, por la fogosidad de la situación. Ha sido una de las mejores sesiones que he tenido y todo gracias a la idea novedosa, de añadir una compañera de juegos tan atractiva como erótica. Nuestras miradas de satisfacción y promesas silenciosas se cruzan, entre respiraciones todavía agitadas. Sí, el juego con esta pareja ha finalizado, pero no el que nos espera en la intimidad de estas cuatro paredes, pues todavía quedan muchas horas por delante, hasta que ella vuelva a desaparecer de mi vista.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios