Vida privada Vs pública

Hay una gran diferencia, entre la versión que se ofrece de cara a la galería, con lo que sucede detrás del telón. No estoy hablando de una obra de teatro programada, pero la función ha comenzado y cada uno muestra solo una parte de sí mismo. Ahora es cuando, algunos se preguntarán, que parte enseño yo, otros darán por sentado que enseño mi vida entera y los hay que pensarán, que es todo una farsa.

Puede que un poco de todo, o de ninguno, depende del momento.

En cualquier caso, voy a confesar algo de mi, que me apetece compartir, para que entiendas cómo es la vida de esta artista.

En primer lugar, sí, me considero artista y es por eso que no soy excesivamente conocida. Siempre se ha dicho que la vida de un artista es sencilla a la vez que complicada, solitaria y abrumadora, caóticamente estructurada, llena de una pobreza enriquecedora y sobre todo muy emocional cuando no hay sentimientos.

Parecerá muy contradictorio todo lo que cuento, pero no. Funciono a la inversa que el resto del mundo y en ocasiones, ni yo misma me entiendo. A pesar de lo que mucha gente cree, la inspiración más pura llega en esos momentos de soledad, cuando no hay horarios, respirar es sencillo, la soledad te atrapa y el dinero desaparece, en ese espacio de tiempo es cuando dejo de vivir, de sentir y planificar, solo respiro y observo cómo los recuerdos se vuelven borrosos, para comenzar a visualizar mi interior.

Llegar a este punto no es sencillo en el mundo que vivimos, acelerado, con responsabilidades y exigencias. Somos personas de costumbres, que se dejan llevar por la inercia de la sociedad, y como tales es complicado llevar una vida sencilla, aunque en ocasiones lo conseguimos. Somos animales que necesitan sentirse vivos, aunque nunca morimos del todo, pues llevamos el control de nuestros latidos, bombeando con fuerza desde el alma. El lugar y el instante juegan un gran papel para la inspiración, mucho más que una experiencia, a ojos de muchos inédita, pero que ya hemos vivido, sentido y, en algunas ocasiones, hasta aborrecido.

Mi vida pública es la que ves, ya sea en redes o en persona. Es esa parte de mí, que quiero mostrar y que, la mayoría, observan al tenerme delante, en cambio, muy pocos son capaces, o están realmente interesados, de apartar esa máscara, para conocer quien soy en realidad.

La intimidad y lo que hay en la privacidad del hogar, pocos la conocen. Es sencillo, a muy poca gente le interesa conocer a las personas y es por ello que cuando te preguntan ¿qué tal?, simplemente están diciendo “hola”. Si es cierto que quieres conocerme, se sincero, directo, sin decoraciones ni cuentos. Así soy yo, directa y transparente, ante aquellos que me demuestran interés con sus actos. Para el resto del mundo, soy simpática, sociable y una buena persona, pero en el fondo soy una egoísta más en este planeta, que quiere conservar su salud mental, espacio y tiempo, a través de un muro de indiferencia y alegría.

En resumen, soy como tú. En público, lo que quiero mostrar y en privado, lo que soy.

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