
Hay una fina linea que separa estos tres tipos de novela y en la que muchos se confunden, pero esto no es culpa del lector, esta confusión viene causada por las catalogaciones de las novelas por parte de una sociedad conservadora y algunas reseñas, en las que la perspectiva viene distorsionada por la mentalidad de quien lo lee.
Me explico de forma rápida:
La romántica es una historia comercial con un toque de erotismo, la erótica es un placer explicito que nos llega al corazón y el porno es una visión del deseo carnal entre dos personas.
Dentro de las Románticas hay novelas con subgénero erótico, por la aparición de escenas sexuales explícitas, pero estas suelen mostrarse en dos o tres ocasiones, de forma puntual y, en ocasiones, algo forzadas con el propósito de darle un toque más explosivo y gamberro, pero manteniendo el propósito principal de contar la historia de un amor puramente sentimental.
A diferencia de las Eróticas con subgénero romántico, donde estas escenas son consecuencia de acontecimientos llenos de seducción y morbo, con besos, miradas y caricias, preparadas para que el lector desee la llegada de esas escenas de sexo. Incluso la trama principal rodea esos momentos, en los que sus personajes se van enamorando, sin saberlo, mientras la atracción sexual se vuelve más adictiva para ellos y sin perder el principal objetivo del escritor, excitar al lector.
Por otro lado, nos encontramos con el error de llamar erótica al Porno, donde, aunque parezca más lioso diferenciarlos, es todo lo opuesto. En este punto de excitación es más sencillo, pues en la erótica existen sentimientos, una conexión especial entre los personajes y unas sensaciones que te remueven desde dentro.
Mientras tanto, en la novela Pornográfica, son escenas sin más, donde pone en contexto al lector y le detalla lo sucedido, como si de un documental o diario esquematizado se tratase, sin llegar a profundizar en los sentimientos de los protagonistas. Sí que es verdad, que en ocasiones, el escritor ofrece una visión más humanizada en las escenas sexuales, mostrando sensaciones que le produce el acto en sí, pero sin llegar a adentrarse bajo la piel, erizarla, ni sentir el cosquilleo por las venas, aquí el deseo acaricia los cuerpos de forma lasciva, provocando una excitación más directa a los genitales.
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