¿Qué predomina en tus escritos, ficción o realidad?

Todos conocemos la frase de “La realidad supera la ficción”.

Aunque yo soy más de creer, que la mente es muy poderosa y la imaginación es infinita, originando situaciones complejas y con resultados diversos.

En ocasiones, las fantasías son creadas por el subconsciente, al visualizar una situación real, deseando ser el protagonista de esta escena. Otras veces, sucede al ver un objeto o entorno, que nos evoca acontecimientos muy morbosos.

En cualquier caso, al llevarlo al plano real, unas veces obtendremos mejores consecuencias y otras, desenlaces penosos. A la inversa, podemos crear historias perfectas de cualquier encuentro, ya haya sido idílico o desastroso.

¿Qué fue antes el huevo o la gallina?

Cuando la imaginación se desborda, mi cuerpo es capaz de reaccionar al mismo nivel, como si lo viviera en primera persona, a veces incluso se ha excitado más, otras, en cambio, no ha defraudado la experiencia. Pero el pistoletazo de salida, para que esas fantasías acudan a mi cabeza, no han nacido de la nada. Una conversación, una imagen, una vivencia o un simple roce, son los causantes de que el deseo aparezca. O quizá algo que corre por mis venas y permanecía dormido, a la espera de que alguien, con su mirada, lo despertara.

Ni recuerdo la primera vez que sentí en mis carnes el placer físico, pero sí las primeras palabras escritas que brotaron de mi mente. Y no, ya no existen, pues formaban parte de un género literario juvenil y las modifiqué, nada más terminar de escribirlas, para convertirlas en un acto de sentimientos y amor puro.

Una fantasía hecha realidad

Tras escuchar y leer infinidad de comentarios sobre la sexualidad liberal y el BDSM, decidí hacer realidad un deseo, un cambio que mi vida necesitaba, entrar en un estilo de vida distinto a todo lo conocido hasta el momento. Y así comenzó mi primera novela, la primera historia de la saga “Descubre el Placer de vivir”, donde Alexa me acompaña en ese cambio. Por supuesto, en la vida real, no todo sale como lo deseamos, así que toca esperar para poder hacer real esa fantasía.

Y poco a poco, los deseos se cumplen y la vida real no defrauda, incluso, en algunas ocasiones la supera.

La realidad convertida en ficción

No podemos negar, que nos gusta rememorar los buenos momentos, unos lo hacen mediante imágenes o vídeos,  otros cerrando los ojos y recreándolos en la mente y, otros tantos, relatando las escenas más excitantes. Pero ¿Qué pasa con aquellas experiencias que no salen como esperamos?

A veces, esos momentos le dan un toque de intriga a la historia, una pausa necesaria o un impulso, para que la parte excitante, sea mucho mayor de lo esperado. En otras ocasiones, simplemente es mejor obviarlas o transformarlas, para no emborronar el resto de la velada y mantener un recuerdo positivo de la vivencia.

Un claro ejemplo de ambos casos, los he utilizado en muchos de mis relatos cortos, publicados, tanto en webs, como en el libro de relatos cortos “12 Meses de Placer”.

¿Qué supera, la realidad o la ficción?

Cada persona opinará de manera distinta, aunque en este caso, he de admitir, que la realidad sin una buena imaginación se tornaría aburrida y que sin un entorno real, la creatividad dejaría de tener sentido.