
Todo aquello que rodea al erotismo es placentero de por sí. Cualquiera puede sentir el placer de vivir una experiencia erótica, solo hay que dejarse llevar por el juego de la seducción, el morbo del entorno y disfrutar de cada estímulo y sensación gratificante.
Para comenzar voy a recalcar, que en mis historias, prevalece la sensualidad y los sentidos, en cada una de las escenas más explícitas.
Crear una buena experiencia lleva su proceso y es necesario un poco imaginación, algo de realidad y mucha empatía con el personaje. Es por esto, que cada momento se siente como propio y ayuda a identificarse, de un modo u otro, con alguno de los involucrados en las vivencias que cuento.
Antes de relatar la historia
Toda novela requiere de investigación y constatar de que todo lo que se relata es posible o al menos coherente, pues nos encontramos con muchos escritos, en los que su puesta en escena, ya sea en la imaginación del lector o en la realidad, resulta de lo más confuso y caótico. Esto hace que muchos no acaben de leer la obra o la critiquen con malas puntuaciones.
Muchos me conocen y saben que no me freno a la hora de conversar o explorar sobre aquello que cuento, es por esto que muchos de mis lectores ansían leerme, algunos de ellos testimonios en primera persona de la inspiración. Por supuesto, esto requiere tiempo y no es fácil crear de una forma tan continuada como muchos esperan. Sí, hay escritores que ofrecen entre tres y cuatro novelas por año ¿has leído alguna de estas lecturas rápidas?
¡Ojo! cuando hablo de rapidez, no me refiero a novelitas cortas de bolsillo, sino a esas que, a pesar de ocupar más de 500 páginas, se pueden leer en uno o dos ratos y obtienes el mismo resultado que leyendo con todos tus sentidos. En estos casos, podrás comprobar que la fantasía es el punto más fuerte y no debes cotejar los hechos con algo real, pues acabarás decepcionándote, solo léelos y disfruta de otra quimera más.
Durante el proceso de creación
Vale, ya tenemos el material del que queremos escribir, ha llegado el momento del montaje, unir esas experiencias y darle una forma atractiva para que el lector visualice en su mente las escenas, aunque no solo eso, si no que además las sienta en sus entrañas hasta experimentar la intensidad del fuego, ese que le excitará tanto como al personaje. O al menos eso es lo que se pretende.
Para conseguir que el receptor de la historia, haga suya cada vivencia es necesario, que estas sean realista y sin demasiadas florituras, que en la descripción de los hechos se exprese el grado de intensidad que se ofrece en cada caricia o beso, incluso esos aromas o detalles que pongan en situación, y no solo hablo de lo tangible, también de aquellos estímulos que son muy difíciles de captar, desde otra perspectiva que no sea en primera persona.
No es sencillo expresar el nivel de excitación, hasta transmitir el más mínimo detalle, que permita transformar una fantasía leída en una sensación tan real, que tu cuerpo reaccione sin tocarlo. En mi opinión, esto solo se consigue de una forma, describiendo con las palabras adecuadas y bien elegidas, las reacciones que el propio cuerpo experimenta. Sí, exacto. Si tu cuerpo se ha acelerado el mío lo hizo de la misma forma, si ha subido la temperatura puede que haya ardido por completo, la fuerza de tus pulsaciones me han golpeado sin compasión y, como no, he alcanzado el clímax para que tu humedad asome.
La mejor forma de sembrar el placer en el sistema nervioso del espectador, es creándolo desde el epicentro y analizando todo su recorrido, hasta expulsarlo por cada poro de la piel del escritor.
El final del proceso
No hay orgasmo más delicioso que el de tu pareja. Esto mismo es lo que siente un escritor al recibir una respuesta positiva del lector. Las palabras de aquellos que reciben esas anécdotas, que a ti te han costado la vida exponer en unas páginas, no son lo más importante del proceso, pero sí lo más estimulante para continuar publicando. Sin este refuerzo positivo, la creación de historias no cesaría, ya que es un acto de autodesarrollo y sanación, que ayuda a extraer todo aquello que ronda por la cabeza y, de no sacarlo, podría enquistarse en nuestra esencia más oculta.
Aun así, la apreciación de los demás, sí influye a compartirlo con otras personas. Cuando recibes un juicio negativo, la primera reacción suele ser de frustración, variando con el tiempo, en un análisis del contenido. Una vez recibidas las críticas de algunos lectores de confianza, decides si es necesario proceder a ciertos cambios o no, dependiendo de tu propósito al desarrollar la historia. En ocasiones, no es el relato lo que necesita cambios, es el mensaje que ofreces a la gente, para que se adentre en la narración, o incluso, el propio público al que va destinado, no es el que ha recibido tu producto final.
En cualquier caso, cuando escribo un relato erótico, mi objetivo principal es saber, que ambos disfrutamos de la misma manera. Mi total satisfacción llega al conocer, que he conseguido darte tanto placer, que, no solo tu mente, tu cuerpo también se ha abrasado con mi deleite.
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