¿En qué situaciones sueles estar más inspirada, para escribir?

Mientras le doy forma a todas esas idas, fantasías y recuerdos, que rondan mi cabeza, he de estar en silencio y sin distracciones.

Necesito poder adentrarme en la escena que describo, convertirme en uno de mis personajes y sentir cómo cada acción se adentra en mi propio cuerpo, acaricia mi piel, me susurra al oído esas palabras de liento, que se sienten como fuego y excitan hasta arder en llamas, tal y como deseo que penetren en el lector.

He de conocer el máximo, a todos aquellos que componen la historia, en especial a los principales, pues se van a convertir en una parte de mi vida, durante el tiempo que estaré escribiendo la novela, es decir, meses.

Es por eso que, durante el tiempo que reúno la información necesaria, observo cada gesto, escucho hasta el último aliento de placer y siento cualquier estímulo, que me ayudará a entender sus reacciones.

Una vez en marcha, me aíslo de todo, para que mis dedos sean los encargados de contarte lo que esas personas sienten ante estímulos, que muchos desconocen, y de esta manera, el lector entenderá donde reside el verdadero Placer.

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